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+ INFORMACIÓN:
"Soberbio mirador natural"
***FICHA TÉCNICA***
-Fecha de Homologación FEDME: 9-XII-09
-Tipo de sendero: Sendero Local
-Nombre: SL-CC 253 "Sierra del Puerto"
-Provincia y Término municipal: Cáceres y Puerto de Santa Cruz
-Recorrido: Lineal de ida y vuelta
-Distancia kilométrica: 5,5 km
-Desnivel acumulado: 800 metros (400 m de subida y 400 m de bajada) Cota máxima -> 844 metros Cota mínima -> 463 metros
-Dificultad: Media
-Horas de marcha: 2 horas
-Tipo de Terreno: Camino, pista asfaltada, senda, necesidad de manos para progresar.
-Promotor: ADICOMT(Asociación para el desarrollo integral de la comarca de Miajadas-Trujillo)
***INTRODUCCIÓN***
El cerro de San Gregorio se considera el mejor balcón para observar la comarca de Miajadas-Trujillo. Se localiza solitario entre la Sierra de las Villuercas y la Sierra de Montánchez. Dentro del conjunto de la Sierra de Santa Cruz, este pequeño cerro de 844 metros está marcado con un vértice geodésico. Uno de sus grandes potenciales es que ofrece al visitante unas vistas de 360º, pudiendo divisar en días claros, una interesante perspectiva de las lejanas montañas de Gredos. Este camino recuperado con esmero nos conduce de manera directa a la cima, poniendo así a disposición del senderista una manera diferente y poco usual de acceder a este singular mirador. Enormes canchales con peculiares formas y vistas destacables hacen muy amena tanto la ascensión como el descenso de este paraje. La existencia de un poblado de origen árabe en una pequeña llanura y la visita del aljibe en la cumbre, son otros dos importantes atractivos. La observación de aves es otro punto a favor, siendo habitual la nidificación de rapaces en los sitios menos accesibles.
El cerro de San Gregorio se considera el mejor balcón para observar la comarca de Miajadas-Trujillo. Se localiza solitario entre la Sierra de las Villuercas y la Sierra de Montánchez. Dentro del conjunto de la Sierra de Santa Cruz, este pequeño cerro de 844 metros está marcado con un vértice geodésico. Uno de sus grandes potenciales es que ofrece al visitante unas vistas de 360º, pudiendo divisar en días claros, una interesante perspectiva de las lejanas montañas de Gredos. Este camino recuperado con esmero nos conduce de manera directa a la cima, poniendo así a disposición del senderista una manera diferente y poco usual de acceder a este singular mirador. Enormes canchales con peculiares formas y vistas destacables hacen muy amena tanto la ascensión como el descenso de este paraje. La existencia de un poblado de origen árabe en una pequeña llanura y la visita del aljibe en la cumbre, son otros dos importantes atractivos. La observación de aves es otro punto a favor, siendo habitual la nidificación de rapaces en los sitios menos accesibles.
***RECORRIDO
DESCRIPTIVO***
Este interesante sendero parte de la Plaza del Caño de Puerto de Santa Cruz, al lado de la fachada del Ayuntamiento. Tras admirar la iglesia y la fuente que preside la plaza, iniciamos el recorrido por la estrecha y peatonal Calle Don Agustín Montero Márquez, saliendo a la travesía de la localidad. Después tomamos la Calle Don Ciriaco Casco Ramos y salimos a la extensa Plaza del Pozo Concejo. Seguimos rumbo este en sentido ascendente, abandonando el casco urbano por un corto tramo de pista asfaltada que pasa por encima del puente de la autovía. Justo al llegar a un cruce iniciamos el ascenso a la Sierra de Santa Cruz por un estrecho sendero que aparece de frente. A partir de aquí encontraremos numerosos mojones de piedra (hitos) que nos facilitarán la ascensión. Por un antiguo sendero vamos ganando altura topándonos con un cancho conocido popularmente como “talla del moro”; antaño se decía que “el no daba con la cabeza en él no iba a la mili” (servicio militar). Seguimos ascendiendo admirando la excelente panorámica que nos ofrece el sendero del pueblo de Puerto de Santa Cruz. Continuamos ganando altura de manera rápida por esta vieja senda. Pasado el “Cerro de la Sangre” llegamos a las ruinas de la “Casa de Marcelino”, última construcción serrana habitada en la Sierra de Santa Cruz. En sus proximidades (fuera del sendero), hay una pequeña fuente entre la vegetación. Ya con menor pendiente, pasamos por delante de los “Canchos de Tocino” y llegamos a una peculiar cavidad conocida como “Cueva Fraile”. Rumbo norte seguimos el cordal bordeando un pequeño cerro por la izquierda y encontrando las ruinas de un antiguo poblado árabe, perfectamente enclavado en uno de los pocos rellanos que ofrece la sierra. Seguimos el recorrido hasta llegar a un sencillo paso rocoso en el que tendremos que utilizar las manos para progresar. Tras superar este fácil escollo divisamos el vértice geodésico en un pequeño promontorio. Hollamos la cumbre realizando otra sencilla trepada por una estrecha brecha que se abre a nuestra derecha (hacia el este). Arriba encontramos los restos de un aljibe; éste recogía el agua de lluvia para bajarla a través de un sistema de canalización (del que aún quedan restos) hasta el Convento Agustino de Santa Cruz de la Sierra. Las vistas de este excelente mirador son muy lejanas y completas. Al sur vemos las Vegas del Guadiana, Miajadas, Villamesías y la Sierra de Montánchez con el Cerro de San Cristóbal, el Cancho Blanco y el Pico Montánchez. Al oeste Puerto de Santa Cruz, Ibahernando y lejos Sierra de Fuentes con su peculiar risco. Al norte Santa Cruz de la Sierra, Trujillo, y en el horizonte si está el día claro la Sierra de Gredos. Depende la estación en que hagamos el sendero podrá tener el manto nival que la embellece. Al este el cerro de Pedro Gómez con sus 1002 metros, la Sierra de Garciaz, la Sierra de las Villuercas y la Sierra de la Peña. Un poco mas allá el embalse de Sierra Brava. Tras deleitarnos con las panorámicas de esta singular atalaya emprendemos el regreso por el mismo lugar de la ida.
Este interesante sendero parte de la Plaza del Caño de Puerto de Santa Cruz, al lado de la fachada del Ayuntamiento. Tras admirar la iglesia y la fuente que preside la plaza, iniciamos el recorrido por la estrecha y peatonal Calle Don Agustín Montero Márquez, saliendo a la travesía de la localidad. Después tomamos la Calle Don Ciriaco Casco Ramos y salimos a la extensa Plaza del Pozo Concejo. Seguimos rumbo este en sentido ascendente, abandonando el casco urbano por un corto tramo de pista asfaltada que pasa por encima del puente de la autovía. Justo al llegar a un cruce iniciamos el ascenso a la Sierra de Santa Cruz por un estrecho sendero que aparece de frente. A partir de aquí encontraremos numerosos mojones de piedra (hitos) que nos facilitarán la ascensión. Por un antiguo sendero vamos ganando altura topándonos con un cancho conocido popularmente como “talla del moro”; antaño se decía que “el no daba con la cabeza en él no iba a la mili” (servicio militar). Seguimos ascendiendo admirando la excelente panorámica que nos ofrece el sendero del pueblo de Puerto de Santa Cruz. Continuamos ganando altura de manera rápida por esta vieja senda. Pasado el “Cerro de la Sangre” llegamos a las ruinas de la “Casa de Marcelino”, última construcción serrana habitada en la Sierra de Santa Cruz. En sus proximidades (fuera del sendero), hay una pequeña fuente entre la vegetación. Ya con menor pendiente, pasamos por delante de los “Canchos de Tocino” y llegamos a una peculiar cavidad conocida como “Cueva Fraile”. Rumbo norte seguimos el cordal bordeando un pequeño cerro por la izquierda y encontrando las ruinas de un antiguo poblado árabe, perfectamente enclavado en uno de los pocos rellanos que ofrece la sierra. Seguimos el recorrido hasta llegar a un sencillo paso rocoso en el que tendremos que utilizar las manos para progresar. Tras superar este fácil escollo divisamos el vértice geodésico en un pequeño promontorio. Hollamos la cumbre realizando otra sencilla trepada por una estrecha brecha que se abre a nuestra derecha (hacia el este). Arriba encontramos los restos de un aljibe; éste recogía el agua de lluvia para bajarla a través de un sistema de canalización (del que aún quedan restos) hasta el Convento Agustino de Santa Cruz de la Sierra. Las vistas de este excelente mirador son muy lejanas y completas. Al sur vemos las Vegas del Guadiana, Miajadas, Villamesías y la Sierra de Montánchez con el Cerro de San Cristóbal, el Cancho Blanco y el Pico Montánchez. Al oeste Puerto de Santa Cruz, Ibahernando y lejos Sierra de Fuentes con su peculiar risco. Al norte Santa Cruz de la Sierra, Trujillo, y en el horizonte si está el día claro la Sierra de Gredos. Depende la estación en que hagamos el sendero podrá tener el manto nival que la embellece. Al este el cerro de Pedro Gómez con sus 1002 metros, la Sierra de Garciaz, la Sierra de las Villuercas y la Sierra de la Peña. Un poco mas allá el embalse de Sierra Brava. Tras deleitarnos con las panorámicas de esta singular atalaya emprendemos el regreso por el mismo lugar de la ida.
***INFORMACIÓN ADICIONAL***
(Nota: Su finalidad es ahondar en los aspectos culturales que nos permite conocer el recorrido).
“La ocupación árabe” Los Almohades convirtieron la Sierra de Santa Cruz en su asentamiento militar junto a Cáceres y Montánchez. El objetivo era el de evitar el avance reconquistador de las tropas cristianas leonesas, cada vez más imparable. Trujillo pertenecía a la zona de expansión de Castilla, convirtiendo esta posición en un punto clave. El califa almohade Abu-al-Mumin fortifica estas tierras en el año 1.148, asegurando el tránsito de sus tropas por los puertos de las sierras y vigilando las posibles incursiones cristianas. Durante su supremacía aprovecharon los vestigios históricos precedentes (defensas, poblados y sepulcros), adaptándolos a sus necesidades. De esta época datan la mayor parte de las ruinas del poblado que encontraremos en el recorrido, y los restos del aljibe de la cumbre del Cerro de San Gregorio, donde se ubicaba el castillo Almohade. Tras la expulsión árabe con el triunfo de la reconquista cristiana, la población desapareció definitivamente de la cima, comenzando a ocupar zonas más bajas. Será a partir de este momento cuando comience a consolidarse el municipio en el llano.
(Nota: Su finalidad es ahondar en los aspectos culturales que nos permite conocer el recorrido).
“La ocupación árabe” Los Almohades convirtieron la Sierra de Santa Cruz en su asentamiento militar junto a Cáceres y Montánchez. El objetivo era el de evitar el avance reconquistador de las tropas cristianas leonesas, cada vez más imparable. Trujillo pertenecía a la zona de expansión de Castilla, convirtiendo esta posición en un punto clave. El califa almohade Abu-al-Mumin fortifica estas tierras en el año 1.148, asegurando el tránsito de sus tropas por los puertos de las sierras y vigilando las posibles incursiones cristianas. Durante su supremacía aprovecharon los vestigios históricos precedentes (defensas, poblados y sepulcros), adaptándolos a sus necesidades. De esta época datan la mayor parte de las ruinas del poblado que encontraremos en el recorrido, y los restos del aljibe de la cumbre del Cerro de San Gregorio, donde se ubicaba el castillo Almohade. Tras la expulsión árabe con el triunfo de la reconquista cristiana, la población desapareció definitivamente de la cima, comenzando a ocupar zonas más bajas. Será a partir de este momento cuando comience a consolidarse el municipio en el llano.
Se llevará a cabo el 30 de Abril de 2014.
